sábado, 4 de octubre de 2014

NO GASTEN NI ENSUCIEN LA PALABRA (Juantxu Ozcoz)



Os comentaba en mi anterior escrito, en el que resumía el Programa del Congreso de Teología de Madrid, que se acaba de celebrar estos días,  que me extrañaba y no podía entender que en dicho Congreso no se tocase para nada el tema de las pateras, cayucos, zodiaks, lanchas hinchables, salto de vallas (…) Sabemos de la labor de Andalucía Acoge, de SOS Racismo y de CVX Migraciones “Vivir y servir en las fronteras”; -entre otros-  Creo que se debería haber contado con ellos y de verdad que lo sigo pensando, insisto, con lo que estamos viviendo y viendo por estas tierras y mares un día sí y otro también. Acabamos de conocer la muerte y desaparición de unos jóvenes inmigrantes, al intentan saltar la valla de Melilla. Salvo alguna nota aislada y perdida ¿habéis tenido noticia de ello?

No gastemos ni ensuciemos las palabras. ¿Mueren o los matamos en su viaje al futuro, en las fronteras, en el mar, con las vallas, concertinas y tremendas palizas? Todo sirve y se usa para “disuadirles” de su viaje.

Tomando referencia del libro “Poemas del alma” de Mario Benedetti: “No me gaste las palabras / no cambie el significado / mire que lo que yo quiero / lo tengo bastante clar0 / si usted habla de progreso / nada más que por hablar / mire que todos sabemos / que adelante no es atrás / si usted pide garantías / sólo para su corral / mire que el pueblo conoce / lo que hay que garantizar / no me ensucie las palabras / no les quite su sabor / y límpiese bien la boca / si dice revolución”.

Estamos viviendo una podredumbre del poder político e incluso de la propia soberanía popular, a cargo del sistema neoliberal y del capital. Nos está convirtiendo en esclavos. Tenemos que plantearnos muchas preguntas: ¿Qué modelo queremos? ¿Quién decide? ¿Qué intereses lo mueven y nos motivan? ¿Somos conscientes, en verdad, de todo ello? ¿En manos de quién está la soberanía del pueblo? (…) Está claro que tenemos que remediar y cambiar todo eso. Como decía Antonio Machado: “ninguna sociedad cambia mientras no cambie sus dioses”. ¿Es nuestro dios el dinero y la “muerte” que provoca?
Tenemos que luchar por un sistema de hombres, mujeres, dignidad y derechos viendo como vemos cada día la llegada de tantas y tantas personas buscando un futuro mejor ¡digno! Para ellos y sus familias. El conocer y saber de estas realidades nos debe, al menos, avergonzar y servir de revulsivo  para saber dónde y por qué estamos aquí, para reafirmar nuestro compromiso por la defensa de la justicia y la igualdad de derechos y oportunidades de todas las personas procedan de donde procedan. “Fronteras, fronteras, fronteras… ¡tan permeables para la fuga de capitales y evasión de divisas y fortunas, y tan impermeables para las personas que buscan una vida digna y mejor!” (Esteban Velázquez – Vida y dignidad – Compromiso social, ético y espiritual – Por la justicia y el bien común en un Mundo injusto)
Todo esto es sólo un ejemplo del gran sufrimiento que generan las diferencias Norte – Sur en tantos puntos de nuestro planeta Tierra y cómo lo único que hacemos y buscamos es proteger “lo nuestro” ¿Quién ha dicho que lo es, dónde están los papeles? Con fronteras, vallas, control y militarización de tierra y mar.
¿Cuántos miles de seres: hombres, mujeres y niños han perdido y pierden la vida cada día en ese intento?  ¿Quién o quiénes son responsables de todo esto? ¿Responsables de todas y cada una de las muertes en el Mediterráneo? Pero no solo de la muerte física y puntual, los que tratamos con los que logran llegar, vemos sus rostros, sus ojos, su frío profundo pues sale de su interior solo podemos mostrar nuestra cercanía y compasión, “ser Presencia” dándoles y trasmitiendo nuestra proximidad y nuestro calor.
Sabemos que no estamos ¡que no están solos! Se genera un signo de esperanza, otra manera de hacer las cosas, coincidimos con gente con “otra manera” de ver y hacer las cosas practicando una acogida, apoyo, ayuda, solidaridad (lejos del odio, racismo, rechazo, o xenofobia hacia el extraño) ejemplar con ellas y ellos.
Pero tenemos que saber, también, que todos y cada uno de nosotros somos cómplices de lo que pasa en Ceuta, Melilla, Canarias, Mar de Alborán (nuestro caso) o el estrecho y que como muy bien dijo el Papa Francisco en Lampedusa: “no estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para parar y aliviar esta situación”. ¿Se calla quizá Francisco o debería insistir más –y nosotros con Él- en todo ello? Yo os aseguro que viendo etas situaciones un día sí y otro también nos damos cuenta de todas las barbaridades y vulneraciones de Derechos Humanos que se cometen y que cometemos. Son muchos los atropellos que se vienen cometiendo en nuestras fronteras, bien, permitidos y ejecutados por nuestras autoridades o/y en colaboración con Marruecos y otros países del norte de África. Inmigrantes devueltos a “otra tierra de nadie”, abandonados a su suerte en el desierto o en las fronteras de Marruecos o Mauritania, en virtud de acuerdos internacionales que claramente incumplen los Derechos Humanos y de Asilo, y más cercano reforzamiento de unas vallas y concertinas que solo sirven para crear más sufrimiento, angustia e incluso muerte en los que intentan saltarlas. ¿De verdad podemos consentir o simplemente merece la pena tanta muerte y sufrimiento?
Volviendo al Congreso de Teología de Madrid, a nuestro propio Foro, a grupos y comunidades y a ¡tantos otros!: “Es necesario que la población esté informada, es necesario que todos y cada uno de nosotros y nosotras transmitamos la información que tenemos, ya que la información que nos trasladan los medios de comunicación y los políticos en la mayoría de las ocasiones está manipulada. Tenemos que empezar a hablar alto y claro y hacernos escuchar en los juzgados, en los tribunales, en los propios medios de comunicación y sobre todo en las calles. Tanto sufrimiento no puede quedar en el fondo del mar, tantas vidas arruinadas no pueden ser para nada. Tenemos el deber de hablar por todos los sin voz, por todas y todos los que se ahogaron o fueron expulsados al desierto –tenemos pruebas y damos fe de ello- o condenados a muerte en sus países.” (Manmen Castellano Paredes – “Las Lampedusas de Europa”)

“El Gobierno  olvida una perspectiva de la inmigración presente, que no debe de ser vista exclusivamente desde un punto de vista económico, sin contemplar aspectos familiares y sociales, de la misma.: Esta falta de humanización real sugiere un pacto de silencio en estas cuestiones entre las fuerzas políticas en general, que deja de lado el respeto a los derechos más básicos y fundamentales de las personas.
El Gobierno se olvida de exigir el respeto a la legalidad internacional protectora de los derechos humanos, cuando se habla de repatriación y expulsión de personas en situación irregular, caso de las Pateras y las Vallas de cuchillas. Este es un tema y una exigencia irrenunciable. Es también alarmante el olvido de los problemas de los países de origen, hablando de que se entienden y se comprenden las situaciones de marginación y pobreza – (Reunión en Barcelona de Ministros del ramo reciente) como la defensa común de las fronteras y límites a la ¿Avalancha de SIN PAPELES…? sin contemplar factores más estructurales en las causas de la migración y refugio”. (SOS Racismo de Álava)
Está claro –nosotros,-Marta y yo-  al menos, lo vemos y lo vivimos así- que hay cosas que “no podemos dejar de hacer”. Tenemos que denunciar y difundir toda esta situación. Un paso indispensable es estar bien informado ¡no todos podemos ser Presencia! Y saber discernir de toda la información que nos llega cuál es cierta y ajustada a la realidad y cuál no. Es importante que nunca nos quedemos en lo superficial de las cosas y que veamos cómo nos afectan y tocan el corazón y las entrañas; son hechos y situaciones “VIDAS”  demasiado graves como para que nos dejen indiferentes. 

Permitirme terminar casi como he empezado, con unos versos llenos de Verdad y Esperanza: “Con cada ola que mi océano barre la orilla en que te hallas, voy a tu encuentro y te llamo sin cejar nunca en mi empeño, porque infinita es mi paciencia e inexorable es mi determinación” (El libro de las teofonías de Ibn Arabí) – “Sed ardiente y pausada a la vez, que extrañamente se aquieta en un desierto de dunas, que se mecen como olas de Mar, donde la sed se colma de claridad, cuando la Presencia se vislumbra”. (Alfonso Hernández Martín)


Juantxu  Oscoz  Vivanco  -  Marta Barbero  - CVX Arrupe Elkartea

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